
Reflexiones de la ciudad de la furia
¿Donde está la belleza en todo este caos
De ruido, olores artificiales y visuales de cemento?
Quizás exista algo más de raíz en nosotros que tenga la semilla de la flor, y que al prestarle atención germina un jardín.
Este mundo de conciencias ansiosas por perpetuar el bucle infinito, ayuda a enloquecerse mal.
Pero si hay una locura mala, existe una locura buena, ¿pero cual es?
Es la locura que desafía con valentía la inercia de la vida, el siempre ir de las personas.
En la ciudad las paredes y estructuras poco naturales, implosionan silenciosamente para dentro, y su crujir sólo se oye si se las ve con paciencia.
Será lo que el progreso necesita, pero claro, un progreso de ansiedades y de carreras profesionales cuya meta aprendió sus mañas del horizonte.
En esta esta ciudad, donde lo importante es sentir los pies cansados, mas allá del lugar hacia donde ellos nos llevan.
Contaba el cuento, que el patito perozoso se agitaba al soñar que volaba como águila.