
La pregunta
De repente ella irrumpió en el gran salón hermético, observando cuatro columnas de granito macizo junto con un círculo fino de plata alineado en el centro. Al levantar la mirada pudo observarlo al Gran Maestro meditando por sobre el piso a exactamente dos metros.
Sin pregunta mediante, éste respondió:
– El objetivo máximo de la vida es el desarrollo libre del Ser en la tierra. Fomentar cualquier expresión de autoconocimiento, aliviar el dolor ajeno, con la valentía que requiere sentir a éste como propio al menos por un instante. Alimentar actos que no llevan conciencia termina por devorar la conexión con el otro.
No alimentar la conexión con el otro lleva a una vida donde la apatía comienza a quitar el goce de la música que produce todo lo que te rodea. Todo delante nuestro se filtra como ordinario, y la magia de la Unidad se extingue.
Ésta es la reflexión, toma lo que necesites, el resto, quémalo. Esperaré tu siguiente regreso.
Se retiró enojada. Quedándose detenida con la mirada al suelo quiso luchar contra las palabras que no le presentaban sorpresa alguna. Luego continúo.